Shane Black no se arrepiente de su MANDARÍN




Cuando se estreno la película de Iron Man 3 en 2013, muchos seguidores celebraron el cambio de rumbo que comenzó a tener Iron Man/Tony Stark, mucho más oscuro que en anteriores entregas. Además, hubo un momento culmen cuando se descubrió que Ben Kingsley, que daba vida al Mandarín, en realidad no era un hechicero (o un terrorista) sino un simple actor que había sido contratado para dar vida a una figura terrorífica ficticia. Este hecho, tan celebrado por algunos seguidores de la franquicia cinematográfica, fue denostado por otros tantos fans del villano y de los cómics de Iron Man. No les gustó que el Mandarín fuera simplemente un actor disfrazado. A este respecto habló Shane Black hace unos días...


"Quizás hiciésemos nuestro trabajo demasiado bien. Conseguimos que el público se llevase una sorpresa viendo un blockbuster de verano, una de esas películas de las que se supone que ya lo sabes todo incluso antes de entrar a verlas. Aunque entendemos que algunos fans se puedan haber sentido un poco timados, mi intención fue darle una nueva perspectiva al personaje original del cómic. Teníamos a esta organización de científicos, IMA, que sale en los cómics, y pensamos: ‘¿Y si ellos crearan a su propio hombre del saco?’ Supusimos que investigarían, que acumularían datos sobre todo aquello que asusta a la gente y que acabarían creando a este terrorista de cartón piedra. Un tigre de papel. Y, después, lo pondrían en internet. Pensé que eso sería moderno, interesante y con matices".


¿Pero se arrepiente de ello...?

"En el momento en el que empiezas a guiar tus impulsos creativos basándote en lo que piensas que va a gustarle a otra persona, entonces es cuando fracasas. Y también vas a fallarle a tu público porque ya no vas a sorprender a nadie. Estarás ocupado en adivinar lo que quieren ver".


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