Comicrítico: BLOODSHOT SALVATION: EL LIBRO DE LOS MUERTOS

Bloodshot Salvation: El libro de los muertos es el segundo tomo recopilatorio (de tres) de la serie Bloodshot Salvation, de Jeff Lemire (Ganador de 2 Premios Eisner). Contiene los números 6 al 9 de la serie, publicados originalmente por Valiant Entertainment entre febrero y mayo de 2018, también publicados por Medusa Cómics en formato grapa.

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Puntuación:

Publicación en España: Medusa Cómics en diciembre de 2019

Publicación original: Bloodshot Salvation #6-9, febrero - mayo 2018, por Valiant

Guión: Jeff Lemire
Dibujo: Renato Guedes, Jeff Lemire
Portada: Kenneth Rockafort
Género: Superhéroes

Formato: Rústica, 26 x 17 cm

Páginas: 144 páginas, Color

Precio: 13,95 euros

El tiempo pondrá a la película Bloodshot en su lugar. Su fecha de estreno es este año 2020, y puede que Sony y Vin Diesel hayan hecho una buena o mala película, pero lo que está claro es que en el mundo del cómic tienen material más que de sobra para idear una trama inteligente, intrigante y apasionante, porque Jeff Lemire lo consiguió. Partió casi desde cero, reestructurando el propio concepto de Bloodshot, como hiciera Alan Moore con La cosa del pantano, dándole un nuevo sentido a su mundo, tanto introspectivo como exterior, y creando a varios personajes clave que le acompañarían ya para... ¿siempre?, como una mujer y una hija... con poderes similares a él. De hecho, la hija comienza a tener una importancia más vital en Bloodshot Salvation, con una preponderancia en la trama que le acompaña en El libro de los muertos, el segundo arco, de tres, de la miniserie Bloodshot Salvation. También, no hay que olvidar que Lemire tenía un objetivo en este último título que iba a escribir sobre el personaje: crearle un villano. Alguien que pudiera enfrentarse de tú a tú, una especie de némesis que fuera reconocible... y se le ocurrió regresar de los años 90 un villano que ya había sido concebido: Rampage, con serias diferencias con respecto a la versión noventera... pero con un aspecto similar: contrario a Bloodshot. En vez de blanco sería negro, aunque también con ojos inyectados en rojo sangre. Pero, al fin y al cabo, conseguiría su objetivo inicial, dándole a Bloodshot una contrapartida negativa, como el Flash Reverso de Flash, el Doomsday de Superman o el Dientes de Sable de Lobezno. Rampage, además, poseía un nuevo origen que se colocaría en el lugar más dramático posible y siempre con un tono de alta ciencia ficción, ciertamente creíble y plausible.

Este segundo arco sirvió a Jeff Lemire para introducir al personaje a dos aspectos que, ciertamente, pocas veces habían prevalecido en sus historias; un aspecto mágico/místico en primer lugar, y los viajes en el tiempo. La parte mágica sorprende muchísimo debido a que lo normal en Bloodshot a lo largo de sus más de dos décadas de existencia había sido verle envuelto en tramas de ciencia ficción, de acción pura y dura, con mucha violencia y disparos a doquier... pero jamás se le había visto relacionado con la magia. Y llama la atención lo bien que lo une Lemire a esta nueva circunstancia para él. Mimetiza esta situación, sin excederse en sus pretenciones, para enfocar la trama de una determinada forma, haciendo que la magia sea una parte pequeña del camino... pero crucial en el nudo de la historia. Por otro lado, los viajes en el tiempo tampoco han sido nunca el modus operandi que hayan utilizado anteriores escritores de las diferentes series de Bloodshot. El problema de este antihéroe es que nunca nadie había sido capaz de cambiarlo de sitio como lo había hecho Lemire. Es verdad que, por ejemplo, el inicio de la serie Bloodshot tras el lanzamiento del universo Valiant, con Duane Swierczynski fue acertadísimo, explosivo y rozaba la obra maestra... pero no se movía mucho del género habitual del personaje. Es con Jeff Lemire donde se exploraron todos los límites de Bloodshot, desde su concepción como personaje, sus motivaciones, sus alianzas, sus amigos y familia, sus enemigos, su género, su forma narrativa, algo que con el tiempo hará que se valore - si no se hace ya - como que estamos ante la mejor etapa jamás vivida por este gran personaje de cómic.

Por último y no menos importante, debemos dejar claro que la labor gráfica es brillante. Renato Guedes es un dibujante de cómics bestial, que se encarga de realizar no sólo el dibujo por entero sino que además lo colorea, confiriéndole un aspecto hiperrealista que se acerca al mítico y legendario Alex Ross, y esto no es poca cosa. El color parece pintado al óleo, lo que da ciertamente un tono más lúgubre y emocionante a la trama, mientras que a veces parece que estamos contemplando fotografías... ¡es alucinante! Pero, aunque el estilo es fascinante, uno de los capítulos, correspondiente al número 7 de la serie (Bloodshot Salvation) tiene una nueva sorpresa: Fue ¿dibujado? por Jeff Lemire. Ponemos 'dibujado' con signos de interrogación porque ese capítulo es protagonizado por Bloodshot, que ha perdido la visión temporalmente y no puede ver nada. Pues la idea, genial y rocambolesca, a la vez que experimental, de Jeff Lemire, fue realizar todo el cómic en negro, para que sintiéramos lo mismo que Bloodshot, dando lugar a uno de los one shots más extravagantes que se recuerdan en el cómic USA. Jeff Lemire, además de guionista es dibujante, y aunque no llega al nivel de Renato Guedes sabe defenderse bastante bien y ha realizado el dibujo de varios cómics en su carrera.

Edición

Medusa Cómics publicó esta obra en grapa y ahora lo recopila en los habituales y espectaculares tomos rústica para coleccionar la serie en estantería. El diseño del tomo es bastante bonito y se le suma un precio irresistible de 13,95 euros.

En conclusión...

Lo diremos una y otra vez: La etapa de Jeff Lemire con Bloodshot es una de las mejores que jamás se ha visto en un superhéroe o antihéroe de cómic norteamericano. Lemire hizo lo que le dio la real gana, y todo fue genial, creando en Bloodshot Salvation una oda hacia el personaje y metiéndolo en situaciones que jamás había vivido. Así es cómo se deberían de hacer cómics de superhéroes... tratándolos con respeto pero rompiendo sus límites.