Black Hammer fue, sin duda alguna, la gran sensación del cómic USA en el año 2016. El 20 de julio de aquel año, Dark Horse Comics publicaba el primer número de esta serie escrita por Jeff Lemire (Bloodshot) y dibujada por Deam Ormston (Lucifer, The Sandman), y el éxito fue inmediato, con un relato de superhéroes y ciencia ficción que sirve a la vez como homenaje a la Edad de Plata del cómic norteamericano y como un nuevo enfoque al universo superheroico, con reversiones de personajes de DC y Marvel, disfrazadas en una trama repleta de dramatismo e intriga. El título fue galardonado en 2017 con el Premio Eisner a Mejor serie nueva.
Lo que creó Jeff Lemire en Black Hammer es una serie de carácter y con un tono fascinante y profundamente misterioso. Un grupo de antiguos superhéroes llevan desaparecidos 10 años, viviendo en un pequeño poblado sin poder escapar de él. Poco a poco, Lemire trata de mostrarnos las motivaciones de cada uno de ellos, de retazos de su pasado y de cómo llegaron a ese punto. Durante los 13 números que dura la primera serie, Black Hammer, Lemire y Dean Ormston se atreven a enrrevesar poco la historia, con el objetivo, sobre todo, de definir a cada uno de los héroes implicados en esta historia, todos ellos versiones o reversiones de héroes conocidos de Marvel y DC. La idea era mostrar la evolución de los héroes a través del tiempo, la evolución de estos a través de los relanzamientos de los universos de los cómics, y sus adaptaciones a las diferentes eras (la Edad de Oro, de Plata, de Bronce, etc.)
¿Un Watchmen moderno?
Aunque el concepto pueda ser similar, no es un Watchmen moderno. Watchmen cambió muchos conceptos e hizo evolucionar a todo un género, el de los superhéroes, modernizando y madurando sus tramas, además de que Alan Moore utilizó técnicas narrativas totalmente novedosas. Pero, aunque las comparaciones siempre pueden ser odiosas, Black Hammer tiene algunas características similares: Lo que más en común que puede tener con la obra de 1986, está el hecho de que se utilizan arquetipos de héroes conocidos. De todos modos, a pesar de que los personajes tienen arquetipos, son originales en su forma de ser y proceder. Por otro lado, la trama es compleja, muy intrigante - como Watchmen - y muy adulta. De todos modos, al igual que hacía Moore en sus obras, Lemire utiliza muchas referencias a Marvel y DC.
De hecho, las portadas alternativas de la serie son homenaje a portadas clásicas del cómic USA, con referencias a Batman, Superman (Action Comics), Shazam, Detective Marciano, Cuarto Mundo, Thor, Daredevil, etc.
En conclusión...
Una verdadera obra maestra. Intrigante, humano, misterioso, adulto... un homenaje al mundo de los superhéroes, a las diferentes edades del cómic USA, con una trama compleja y fascinante.
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