"Así que te voy a pedir, a rogar, que me dejes marchar con mi hijo y no me obligues a matarte".
Nowevolution presenta un nuevo cómic de David Braña y Juanma Aguilera, lleno de intriga y donde nada resulta ser lo que parece.
Sinopsis
Daniel Sheyás, un incipiente director de cine, ha estrenado su primera película aunque ha tenido una crítica muy mala. Mientras tanto, la relación que mantiene con su novia está bajo mínimos y, para añadir más notas negativas, su mejor amigo se ha suicidado. Pero antes de morir, su amigo le había enviado un mensaje de números que no consigue entender. Pero cuando comienza a investigarlo, todo el mundo de Daniel da un vuelco de 180º... ¿en qué se ha metido? y ¿qué le ocurre a todo el mundo de alrededor? Nada es lo que parece o debería parecer...
Un cómic interesante
El aspecto de la portada ya nos avisa de que estamos ante un cómic de autor bastante diferente de lo normal, uno de calidad con una de esas historias que no nos va a dejar indiferente. Y no nos engaña: en el momento que comienza la lectura de la trama nos encontramos con una narrativa que nos confunde tanto como al protagonista de la historia, que nos lleva a preguntarnos lo mismo que él y nos sorprende igual que a este. La historia comienza con cierto tono de género negro, sin llegar al punto de ser policíaco, pero compartiendo en algunos momentos el mismo tipo de narrativa (densa, con un protagonista que no es ningún santo...). Además, el personaje principal es director de cine, pero eso no le impide investigar la muerte de su mejor amigo, como si de un detective se tratara. Pero en el momento en el que comienza la investigación todo cambia, el escenario da un vuelco y comienzan a introducirse algunos elementos que no eran los que habían comenzado al principio de la historia. Rápidamente, el lector más escéptico volverá varias páginas atrás para intentar resolver su repentino despiste e intentar descubrir en qué se ha equivocado o dónde perdió el hilo narrativo, pero cuando compruebe que la historia es así como se ha presentado y que no hay ningún error, se adentrará de lleno en una intriga y suspense inescrutable que le tendrá en vilo hasta el momento de la resolución de la trama, que tendrá un final totalmente inesperado.
El dibujo...
Mientras todo ello ocurre, Juanma Aguilera embellece cada paso de página con su identificable estilo de dibujo, una expresión artística que le acerca muchísimo al estilo estadounidense, notándose su influencia y su paso por el mercado norteamericano en el que ejerció la función de colorista en cómics tanto estadounidenses como canadienses. Bajo mi estricta opinión, creo que su dibujo resalta más en blanco y negro (o bitonal), con el uso de sombras, que con color, y si no observen el dibujo de la portada; bitonal y con un exquisito uso del sombreado... ¡genial! También, muchas páginas del interior son bitonales con la añadidura del rojo en la sangre, resaltando de nuevo el dibujo del Aguilera.
La sorpresa de esta obra no es el hecho de que mezclen los géneros sino el uso que hace David Braña de ellos, colocados de una manera insólita, bien medidos y traspuestos. Se notan las influencias de Lovecraft y de la ciencia ficción más alocada y de serie B, y también el amor del autor por el género negro, un género que, por otra parte, hemos podido ver entremezclado en otros títulos de horror, terror o incluso ciencia ficción.
Edición
La publicación, de Nowevolution, presenta una introducción de Juan Luis Iglesias, guionista de cómics español especializado en historias basadas en Lovecraft y terror, y unas páginas extras con notas de los dos autores, David Braña y Juanma Aguilera, donde escriben sus impresiones y proceso de creación de este cómic, además de mostrar bocetos preliminares de los personajes. No pararemos de repetir lo importante que es contar con introducciones y extras, para hacer más atractiva la lectura y entender algunos de los matices de las obras.
En conclusión...
Un ejercicio de intriga permanente que consigue enganchar la atención del lector y hacerle partícipe, junto al protagonista del cómic, del lío en el que se ha metido. Lo que realmente sorprende de Los Ocultos no es el incesante cambio de géneros, ni el interesante dibujo de Juanma Aguilera, sino que ni sabes ni puedes adivinar cómo va a finalizar la obra, un fin que resulta espectacular y muy entretenido.
Un cómic entretenido y sobre todo diferente, con una interesante mezcla de géneros.
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